Con el vino no es lo mismo beber que catar, tampoco es lo mismo comer que degustar, y no es lo mismo ver que mirar….en este tour aprenderás las claves para mirar el paisaje cultural como lo haces con un cuadro y entender el gran viñedo de Rioja.
El río Ebro es la columna vertebral de Rioja, pero es el río Oja quien da nombra a la región. Y nuestra primera mirada es para el Ebro, que atrae el clima del mediterráneo y lo atrapa en un vértice del valle que nace entre montañas. La Sierra Cantabria, joven y arisca, y la vieja dama de la Sierra de la Demanda forman un triángulo mágico que enmarca un paisaje de belleza singular.
Esta cápsula bioclimática no está sellada, por lo que cada año las lluvias, la temperatura, los vientos,…de la región influyen de manera decisiva sobre los distintos terrenos de la Rioja. También los tipos de suelos locales y la orientación del terreno marcan la pauta de cada añada, en unas píldoras que llamamos uvas.
Este paisaje triangular riojano cambia la paleta de colores en cada estación, por lo que no es lo mismo visitarlo en otoño que en primavera. Todo cambia, el color de las hojas, los racimos, las montañas, los reflejos del río, la mirada es diferente.
La magia del paisaje que nos regala la naturaleza, es moldeada en todo momento por las manos y tradiciones de los hombres de la tierra a los largo de la historia. Podrás percibir un mosaico de viñedos, en el que cada tesela (parcela) lleva el sello del viticultor riojano. En cada viñedo se teje la tierra, y su conjunto miramos una pintura cubista del paisaje.
Todas las civilizaciones que se han sucedido en este territorio, desde la edad de Bronce han dejado su marca de diferentes formas. Los dólmenes, los poblados celtibéricos, los lagares rupestres, las cuevas y calados subterráneos, pueblos, castillos, caminos religiosos, las rutas de los arrieros,…también aportan un paisaje único, que solo podrás apreciar con mayor acierto bajo la mirada de este tour.