Mis clientes dicen que les invito a visitar bodegas familiares en Rioja de las que jamás habían oído hablar y a las que no hubieran llegado por sí mismos. Que los vinos son sorprendentemente buenos y que nunca se parecen entre sí. Y es que, en Ameli Rioja Tours, nos sumergimos en lugares que muchos no conocen, pero que dejan una huella imborrable. Bodegas singulares, donde el vino es mucho más que una bebida, es un reflejo de la tierra, de la pasión y de años de dedicación. Cada copa es un viaje, una sorpresa, una historia que se cuenta a través de cada sorbo.
La diferencia entre las bodegas familiares Rioja y una bodega de gran producción está en el control de todos los procesos. Va de la viña a la copa. No es cuestión de ser mejor o peor, simplemente es diferente. En estas bodegas, el viticultor no solo cultiva las vides, las acompaña, las cuida y las moldea con paciencia y sabiduría. Conoce cada vid, cada rincón de su tierra y, a lo largo de los años, esas decisiones se traducen en vinos que no solo se beben, se sienten.
Visitar una bodega familiar es una experiencia que va mucho más allá de una cata. Cuando visitas una bodega familiar la historia de la familia y de la tierra se encuentra en cada copa. Recibes atención personalizada en lugar de visitas masificadas y compartes su pasión de primera mano. Sientes la emoción de catar vinos únicos, que no encontrarás fácilmente.
Mi misión en Ameli Rioja Tours es invitarte a apoyar el producto local y a vivir una experiencia auténtica, donde nacen vinos de leyenda y se crean momentos únicos. Apostar por bodegas singulares y viajes de descubrimiento es un privilegio para mí misma y para mis invitados. Porque aquí, en Rioja, cada viaje es una aventura, cada copa una revelación.
Te invito a que formes parte de esta magia. https://www.ameliriojatours.com/wine-tours-personalizados/.
